martes, 15 de julio de 2014

El mundo de las citas online

Bienvenidos al canibalismo del amor! En las páginas de citas online y no me refiero a las de sexo, sino a ésas en las que se supone que las personas apuntadas buscan relaciones de pareja o "amorosas", podrás probar y ser probado por múltiples personas en busca del "trago" o "plato" perfecto, así sea por ser el más dulce que han probado o fuerte o atractivo o divertido. Mientras te lo puedas permitir. Y más vale que te esfuerces en gustar porque la naturalidad y sinceridad no venden bien.



Desde hace varios años es frecuente transitar por este tipo de webs intentando encontrar lo que en un principio todos decimos querer: una persona normal de la que enamorarse y poder compartir la vida. Es una experiencia personal pero también puede servir como fuente de reflexión sobre la forma que tenemos las personas de relacionarnos en la actualidad. Pues bien, gracias a estas páginas aprendes que la normalidad no existe y las personas que sueles conocer pueden ser a cada cual más rara. Aunque, simplemente, esto es un reflejo de lo que también hay en otros ambientes donde se busca pareja, si bien tienen sus particularidades.

Proliferando ahora las webs de contactos gratuitas, es más fácil que nunca el conocer a gente que te pudiera gustar. Pero nuevos peligros acechan a quien pretende moverse por estos medios con el objetivo de conocer a su mal llamada media naranja.

Es frecuente que muchas personas no pongan foto. A veces es para que no se las reconozca, otras porque no creen ser atractivos y creen que las fotos les restarían puntos ante la gran competencia. Pero también así es más difícil llamar la atención y uno tiene que ser quien tome la iniciativa para iniciar contactos, siendo estos más difíciles. Otros ponen fotos falsas o que no representan la realidad. Fotos de otras personas o donde no se les ve bien o de cuando tenían 10 años menos o 10 kg menos. Fotos de paisajes, de los lugares que han visitado, de frases románticas con dibujitos y demás pero no personales. 

El problema de las fotos que no representan a la persona o cuando no hay foto, es que te imaginas de una determinada manera cómo es. Te haces a la idea. Y cuando llega la hora de la cita en persona, si ésta es muy diferente, la primera impresión será negativa. Enfado, rechazo, decepción, sentirse engañado... 


Aunque pongas buenas fotos y seas una persona atractiva y todo un partidazo, tu problema no se acaba aquí. La primera cita parece decisiva. Ahí se ve si la persona con la que has estado chateando un poco (o un mucho) es real, si hay feeling o química, si te parece agradable en aspectos que no se pueden ver en una pantalla, como la voz, los gestos, las expresiones... 

A veces, vas y te sientes engañado. Puedes conversar agradablemente con esa persona, por si con el trato tu opinión cambia y dar la mala noticia al llegar a casa o al día siguiente, antes de que la otra persona se haga ilusiones. Otras personas prefieren ser claras nada más llegar y no perder el tiempo si ven que la otra persona no es lo que esperaban. También los hay que optan por bloquearte y borrarte de sus vidas sin ninguna explicación.


Pero supongamos que la otra persona nos atrae y que todo parece ir bien. Incluso te pueden hacer creer que habrá una siguiente cita. Y ésta puede llegar a realizarse, yendo aún un poco más lejos en cuanto a buenas sensaciones e intimidad.



Yo he llegado a tener hasta cuatro buenas citas. Si bien para mí la clave siempre es que el interés, se demuestra interesándose. Y cuando se analizan las cosas, los mensajes suelen estar allá, a veces contradictorios, por lo que en sí mismos también apuntan a que la persona no está muy implicada en conocerte. Por lo que busco obviedades. Como se suele decir, hechos, no palabras. Que el proceso siga su curso sin precipitarse emocionalmente porque en cualquier momento pueden desaparecer a la francesa y ni darte una explicación. O inventarse incluso excusas a cual más original.

Por supuesto, que la mayoría de personas, cuando se presentan ante los demás, buscan causar una buena impresión y se definen como honestos y de confianza. Pero la confianza no es algo que nadie pueda ofrecer, es que tú te creas o no lo que te dicen. No está en la otra persona, está en uno mismo, es una elección, creer. Porque el principal engañado al respecto puede ser quien se llama a sí mismo como persona honesta y de confianza, siendo realmente alguien mentiroso que justifica con excusas su forma de ser y se autoconvence de que siempre hace lo correcto.

Por esta razón, alguien que te ha creado esta buena impresión puede un buen día, sin razón aparente, desaparecer del mapa. Lo decente es decir la verdad y explicar qué ha pasado. Lo cobarde es dar una excusa. Aunque lo normal es que simplemente aprovechen la facilidad de los medios en línea para ignorarte pues el tiempo que tú has invertido en conocer a esta persona no era tan importante como el suyo. Una vez no les importa tu opinión sobre ellos, ya no son ni tan honestos ni tan de confianza. Vuelven a ser unos desconocidos sin el mínimo interés por tu existencia.


Cuando pasas por este proceso muchas veces puede llegar a ser realmente frustrante e incluso pensar que hay algo malo en ti pues nadie parece llegar a querer conocerte. ¿Pero será eso cierto o más bien que la moda actual es repartir el tiempo libre entre cuant@s más, mejor? Una de mis teorías es que la mayoría tiene lo que podríamos llamar citas simultáneas. Si antes salir con dos era algo bastante raro y difícil, pues acababas conociendo a tus pretendientes en los lugares que frecuentabas y existía el riesgo de que uno de ell@s se acabara enterando, ahora esto es más fácil al tener la posibilidad de conocer a gente de diferentes poblaciones o barrios con los que frecuentar zonas muy alejadas entre sí. 


Y es que el consumismo, como bien dice Bauman en "Vida de consumo" también abarca el consumir a las personas como objetos. La obsesión por comprar lo mejor entre lo posible, el conseguir el mejor producto del mercado al menor esfuerzo invertido, acompañado con un creciente narcisismo que hace creer a la persona que ella merece ser idolatrada y agasajada por quien quiera algo de ella, hacen que el valorar a las personas como un todo sea cada vez algo más complicado. Lo superficial, el glamour del lujo con el que uno se rodee vende bien. Es el emboltorio. Y por muy joven, brillante, interesante, adinerado o cualquier otro atributo que uno pueda imaginar se sea, siempre habrá alguien mejor en eso. 

Hoy día, más que nunca, las personas se pasan la vida viendo los pájaros volar antes que abrir la mano para coger uno pues eso significa compromiso.



Quien siempre está pendiente de qué producto comprar no hace más que venderse a sí mismo, pues el producto en este caso también quiere comprar lo mejor, seguramente, entrando obligadamente y sin que sea algo de lo que se hable abiertamente, en un proceso de contínua cata de personas. Un cásting involuntario y casi siempre tabú, pues los otros participantes pasan a llamarse "amigos", "familia", "trabajo", "viajes"... En el sentido de que te dicen, con toda naturalidad "este fin de semana no puedo quedar, me ha surgido un compromiso familiar" o "ya he quedado con los amigos". 



 También los hay que nunca llegan a quedar en persona. Te dan el móvil, no para que les llames y preguntes cómo están y cuándo les va bien quedar, como se hacía antes, sino para poder watsapear en los ratos libres, pasando a ser un entretenimiento, mientras tal vez esperan que les sorprendas ingeniosamente o les propongas un plan irresistible sin que ellos tengan más que esperar en sus sofás. Pero ojo, porque el inicio de una relación puede marcar la evolución de ésta: si necesitas hacer agotadores esfuerzos y alardes para que alguien te dedique un poco de su tiempo y atención, posiblemente sea lo único que esta persona te pueda ofrecer. Pasarás a alimentar su enorme ego a costa de tu propia autoestima.


La raíz del problema de estas páginas es que las citas simultáneas no son sólo cosa de uno mismo, sino que todos tus pretendientes posiblemente hagan lo mismo. Si uno tiene varias citas con 5 personas diferentes y cada una de esas 5 personas tiene a su vez citas con otras 5, lo normal es no coincidir en gustos y quien te guste a ti se sienta más atraído por otra persona que a su vez se sentirá atraída por otra persona distinta. 4 de 5 serán rechazados, aunque otro cantar será que el elegido corresponda y no rechace a su vez.

La frustración que esto genera cuando se repite en el tiempo, hace que, de rebote, uno se vuelva más exigente y rencoroso y, por lo tanto, más superficial.


No sólo queremos comprar el mejor producto del mercado al menor precio posible, es que además se busca en la superficialidad pero que nos llene por completo rápidamente, instantáneamente. Que sea lo que siempre hemos estado esperando, esa persona única y especial que nos haga sentir una atracción irremediable a primera vista. Esto, en un momento en el que el romanticismo parece haber muerto es puro consumismo.



Tal vez el romanticismo nunca existió pero bien podríamos hacer de él una forma moderna de relacionarse, de querer ser tratado con respeto, como ser humano y no como objeto. De que muestren interés no en seducirte, sino en conocerte. De querer ganarse no tu deseo sino tu compañía. Aunque sólo sea una forma más de descubrir si hay o no compatibilidad. Desde la sinceridad y el reconocimiento del valor de los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario