lunes, 4 de febrero de 2013

Los manuales sobre hombres y mujeres

Siento decir que no hay manual al uso. Cada persona es una aventura, independientemente de su género.

Quien crea que conoce a alguien porque parece ajustarse a un perfil determinado, en el momento menos pensado puede descubrir que no lo conocía para nada. De hecho, si ya cuesta conocernos a nosotros mismos...

Y quien diga que todos los hombres o mujeres que ha conocido son iguales es que o no ha conocido a muchos o muchas y está generalizando, o no ha profundidazo en los que ha conocido.

Ni siquiera los gemelos monocigóticos son iguales al 100%. Pongo un ejemplo:

A mí me encantan las playas paradisíacas, valoro sus particularidades. Profundizando, puedes ver que sus gentes, su fauna, su flora... tanto acuática como terrestre, es variada y diferente. Comparten características, pero también se diferencian. Para otras personas, todas las playas paradisíacas se parecen y da igual ir a una que a otra. Su criterio para decidirse por una u otra, por ejemplo, podría ser el ir a la más económica o cercana. Y vista una, vistas todas.

¿Las playas son diferentes o no lo son? Para unos sí, para otros no. Depende de cómo sea uno de abierto mentalmente para apreciar las singularidades propias de cada cosa. La realidad es la misma pero cada uno la ve como quiere. Para alguien que aprecia los matices, el no verlos es empobrecer la vida. Para alguien que no los ve, el verlos es complicársela y andarse con tonterías. Así que, en definitiva, da igual que los hombres o mujeres sean o no complicados, lo importante es cómo cada una o uno aborda el tema, cómo abordamos el conocer a un hombre o mujer nuevos en nuestras vidas, si se le ve como un enemigo, como un posible amigo o amante, como uno más de tantos, como alguien único...

Claro que los manuales tranquilizan, y se venden como roscas, porque nos hacen pensar que podemos comprender de qué va la cosa y así movernos mejor en ese nuevo entorno, en el que apostamos nuestra autoestima según consigamos nuestros fines o no, pero toda generalización, ya por definición, no representa la realidad, por lo que sentir que se necesita un manual así es más bien por inseguridad, frustración, desencanto.... algo que no tiene nada que ver con esa otra persona, sino con uno misma, con la forma de sentirlo.

Y es que una de las cosas que más nos cuesta aceptar a los seres humanos es que no lo podemos controlar todo, y menos a otras personas. Porque el querer tener la ventaja de conocer mejor a esa otra persona es para poder tratarla de forma conveniente a nuestros objetivos y así conseguirlos. Es adecuar nuestro comportamiento para conseguir un fin: el amor, el sexo, una relación... Aceptar que nuestros objetivos no siempre estan en nuestras manos es liberador.

Por eso, en vez de sentir que se necesita un manual para entender al sexo opuesto, lo mejor es invertir esa energía en entenderse a uno mismo. Y disfrutar con ello. La relación que mantenemos con los demás puede ir y venir, pero la relación que mantenemos con nosotros mismos es para toda la vida. Vale la pena invertir en ella.

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